Hace no mucho que apareció una secuela de un éxito durmiente en forma de Remnant II. Una secuela directa que logra mejorar el marco del original mientras se mantiene lo suficientemente fresco para los jugadores que regresan. 

Remnant II sigue el mismo patrón que el original, esencialmente ve la fórmula Soulslike ingresada en un saqueador-tirador. Viajas de un área a otra activando cristales grandes y pequeños que actúan como tus hogueras, matando todo tipo de enemigos difíciles en el camino, con la esperanza de que tus elementos de curación limitados puedan llevarte a tu destino.  La serie Remnant se encuentra entre los mejores juegos Soulslike.

Han pasado varios años desde los eventos de From the Ashes, The Root aún permanece en Remnant II, con amenazas mucho mayores ahora. 

Esto nos lleva a un Ward 13 renovado, que una vez más actúa como su área central. Un misterioso habitante del Pabellón 13 ha mostrado habilidades extremadamente poderosas para anular la Raíz, pero antes de que puedas investigar adecuadamente, son atraídos hacia el Gran Cristal Rojo recién reactivado. Tú, naturalmente, sigues adelante en la persecución.

Tu primer mundo puede ser uno de N’Erud, Losomn o el regreso de Yaesha, e incluso estos se pueden jugar de manera muy diferente para los jugadores que se aventuran en estos mundos.  Lo que elijas hacer, es solo otra forma de experimentar Remnant II.

Las ubicaciones están magníficamente detalladas en Remnant II, con conocimientos en cada esquina si te tomas el tiempo de leer los diversos pasajes que se encuentran dentro. No podrás acceder a todo en una partida de ese mundo, ni probablemente en el segundo o tercero. Pero Remnant II está más al tanto de esto que su predecesor. El modo aventura, en el que puedes cambiar los mundos para volver a jugarlos, está incluido al principio esta vez.

Una de las principales novedades de Remnant II son los arquetipos. Estos se sienten mucho más únicos que los anteriores con ventajas, habilidades y rasgos específicos. Atrás quedó la nivelación general de antes, donde podías verter literalmente cientos de puntos de rasgo en cualquiera que hubieras desbloqueado. Los rasgos son un poco más difíciles de encontrar que antes, y su único método real de puntos de rasgo ahora proviene de encontrar los preciosos Tomos del conocimiento.

Los arquetipos se pueden cambiar libremente en Ward 13 una vez que alcanzas el nivel 10 con el inicial, e incluso puedes tener dos equipados más adelante. Si juegas como un trío en Remnant II, tiene sentido maximizar tu rendimiento con estos. No dejes que eso te desanime si prefieres volar solo, es perfectamente jugable en un solo jugador y, en todo caso, un poco más fácil, nosotros lo seguimos disfrutando en campaña de dos. 

Los arquetipos también tienen otro beneficio, quizás no deseado. Me importaba qué mods y mutadores estaba equipando a mis armas, para asegurarme de que maximizaran mis habilidades en mi Arquetipo elegido. Eso significa que no estaba gastando chatarra innecesariamente en equipo y modificaciones que finalmente nunca usaría, y podría usar mi dinero para mejorar mis armas en su lugar. Igual de bien, ya que la chatarra se siente mucho más escasa en esto que en el original.

Otra mejora importante se encuentra en los jefes de Remnant II, una gran cantidad de agregados reclutados para abrumar regularmente.

Remnant II está lleno de momentos más tácticos y de pura adrenalina. Como una pelea en el Laberinto que nos hizo pelear literalmente contra un laberinto donde los cubos giraban a lo largo de él. Aprender mecánicas y luego usarlas para derrotar a tus enemigos en Remnant II es increíblemente satisfactorio; mucho más que simplemente disparar a un enemigo. 

Los jefes no suelen ser fáciles, rara vez te dejarán sentirte cómodo en estos mundos hostiles.

Y, sin embargo, nada me complace más que estar en los mundos de Remnant II y mas en la mejor compañía. No hay mayor satisfacción que golpear un punto débil con un golpe crítico y ver un gran número rojo levantarse del cadáver de un enemigo. Esa euforia es insuperable cuando finalmente vences a un jefe, maldito seas Tejedor de la Noche, que te ha mantenido despierto hasta más allá de tu hora de dormir. 

Remnant II está absolutamente lleno de estos momentos desde el principio, hasta la mitad, donde sigues volviendo a rodar los mismos mundos en caso de que te hayas perdido un detalle, y luego hasta la conclusión, sabiendo que puedes hacerlo todo de nuevo.